Alejandro Bullón

Fernando Stahl, el varón que Dios escogió, nació el 3 de enero de 1874 en Pentwater, Míchigan, EE.UU.

si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros?”

“Ha venido Pawa”. “Pawa está en el Perené. Es gringo, alto y regala cintas”. “Pawa se arrodilla a cada rato, cierra los ojos y habla en voz alta”. “Pawa canta, Pawa sana a los enfermos”... Porque, para ellos, Stahl era todo eso: pastor, médico, dentista, maestro y padre.

“Se ha visto que la causa indirecta de muchos actos de barbarie y asesinatos cometidos por los salvajes, en la persona de un viajero o misionero, ha sido el interés particular de los intérpretes, quienes, conociendo el idioma de los salvajes, se han valido de él para instigarlos al crimen”

Este le hizo ver que no era él quien curaba, sino Dios, y que era en Dios en quien tenía que confiar.

Rufino Pacho, joven puneño, que lo había ayudado anteriormente. Rufino sentía por el pastor un cariño tan especial que lo llamaba “papá”.

adorar al Sol, a la candela, a la Luna; temían a los pájaros (el colibrí) y a las serpientes.

“Cada verdadero discípulo nace en el Reino de Dios como misionero”.

AI principio fueron hoscos; pero, a medida que Stahl iba sacando de la mochila figuras y pañuelos, se fue transformando el rostro de aquellas criaturas, que le abrieron los brazos y el corazón, y recibieron el mensaje.

Los corazones de los nativos fueron tocados por el Espíritu Santo. No cabía duda. Este gringo era sincero. Lloraba por ellos.