Elaine Vilar Madruga

Para mis bisabuelas, que parieron demasiado.
Y para mis tías, que decidieron no parir.

La naturaleza de la muerte es una para todos, es un idioma común de las especies.

creemos que Calia nació con un pincel en la mano y que, con los rastros de la sangre, del líquido amniótico y del tapón mucoso, se hizo la primera acuarela.

Va a ser una cicatriz bonita

se viene a morir, a la vida me refiero, y a la selva también

Habías dejado de hacerte preguntas después del último milenio de saltos entre dimensiones infinitas, buscando un rastro de vida que no existía en ninguna de ellas.

y contemplabas a aquel universo de polvo y muerte, que estaba condenado —como tú— a la inercia eterna

Cuando el frío llegó a tu mente ya habías extendido sobre el sueño un mapa azul; y sobre él hiciste a la tierra, al mar y a cada cosa viviente para que te adorara

Muchas de las pequeñas asumirían un puesto activo dentro de la comunidad e, incluso, dentro del círculo de sacerdotisas cuando llegara el próximo asdelar, ciclo de la reproducción femenina de obligatorio cumplimiento. Otras tendrían que continuar educándose durante soles, hasta llegar a los límites de la comprensión que se le exigía a cada mujer. En aquel juego tan serio, Welkiar era la pieza más importante, de la cual dependían los frutos de la diosa. Sin ella, el mundo volvería al caos que Eivia había dejado con su destierro, pensó de nuevo, pero esta vez intentó sonreír

La caída del hombre resultaba un hecho ya consumado