A muchas mujeres nos han educado para estar al pendiente de las necesidades y deseos de otros, comenzando por los de mamá y papá, llenando sus expectativas de lo que debemos ser y hacer. Así, nos educan para obviar lo que nosotras queremos o deseamos, haciendo a un lado lo que sentimos; de esta forma, cada vez tenemos menos capacidad para reconocer lo que sentimos y deseamos
O