Los traumas infantiles te empujan a una especie de leve esquizofrenia que te hace ver la vida de dos maneras simultáneas: primero, es una experiencia directa en tiempo real, pero, en ese mismo momento, tu cerebro lo registra como un material a partir del cual crearás ideas de negocios, ciencia o arte. Como un cuchillo de doble filo, el cerebro creativo hace un corte en la realidad de uno mismo y en la humanidad de los demás.