El problema de la “amnesia individual y colectiva respecto del historial de la práctica de la enseñanza” —como lo denomina el didacta L. Shulman (2005, p.16) sin eufemismos— junto a la percepción del problema denominado “presentismo”, tal como lo entiende Viñao Frago (1997, p. 18), como la predilección por lo fugaz, lo efímero, lo novedoso sin prestar atención a las historias. Para este último autor es preciso recuperar y reconstruir estas historias para no creer que “todo empieza hoy, aquí y conmigo”, desacreditando el tiempo pasado que prejuiciosamente se cree que “siempre fue peor”. En algunas ocasiones se llega a ignorarlo, “ningunearlo” (se diría en lenguaje coloquial), evitarlo, tratarlo con displicencia, desacreditarlo sin examinarlo previamente, descalificarlo sin evidencia alguna, o a considerarlo como parte de la “educación tradicional”, constructo por cierto de uso peyorativo y débil en su constitución y en su uso.