“había hecho construir para sí una de las casas más elegantes. No ha economizado nada para su solidez y embellecimiento. Ese palacete manufacturero está amoblado con una gran riqueza y con el mejor gusto: alfombras inglesas, muebles, relojes y candelabros de Francia; grabados y curiosidades de la China; en fin, todo lo que puede contribuir a la comodidad de la existencia se ve allí reunido”.