«El dios que falló», «el pasado de una ilusión»[1]. Estos son solo algunos de los títulos más influyentes en lo que ya constituye todo un género ensayístico con un tema común: la historia del socialismo en el siglo XX es más que suficiente para enviarlo al olvido. Para antisocialistas férreos, con lo visto ya no hace falta más. Se trata, sin duda, de una línea de argumentación de innegable eficacia política.
Si nos detenemos a pensar un momento, veremos algo extraño, posiblemente acertado pero extraño, en estos retratos del socialismo. Aún si nos limitamos a los estados comunistas, estamos hablando de más de setenta años de la historia mundial y de aproximadamente un sexto de la población mundial. Pocas veces usamos el término «fracaso» para referirnos a un fenómeno tan vasto. Nadie habla, por ejemplo, del fracaso de la esclavitud.