es

Camila Sosa Villada

  • Gabriel Galavizfez uma citaçãohá 2 anos
    Me enfurece tanto que todo lo transmuto: el alivio en tensión, la cortesía en maltrato, la franqueza en falsedad, el dolor en enojo.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    La Tía Encarna lo había conocido en Hangar 18, el boliche gay más pecaminoso que existió en nuestra ciudad, el antro más sacrílego y dionisíaco donde nos encontrábamos las brujas, maricas y lesbianas de entonces.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    La Tía Encarna lo había conocido en Hangar 18, el boliche gay más pecaminoso que existió en nuestra ciudad, el antro más sacrílego y dionisíaco donde nos encontrábamos las brujas, maricas y lesbianas de entonces.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    El Hombre Sin Cabeza era la delicia de todas nuestras reuniones y alguna vez hasta se animó a invitarnos a cenar a su departamento. Fuimos todas, no sólo por no desairar a La Tía Encarna, que era más rencorosa que santo milagrero y más brava que los dioses griegos, sino porque queríamos ver con nuestros propios ojos su callada hospitalidad, sus pinturas a la acuarela, su perro bravo dormido a los pies de la cama, su biblioteca inacabable, que nunca jamás podríamos leer ni aunque nos sobrara el tiempo, porque los libros estaban en un idioma incomprensible para nosotras.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    Los hombres como él nos enseñaban lenguajes extranjeros, de caricias nunca vistas, que nos hacían sentir la piel como una servilleta de papel muy fino, nos hacían sentir transparentes, como si, de repente, Dios pudiera mirarnos por dentro.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    Los hombres como él nos enseñaban lenguajes extranjeros, de caricias nunca vistas, que nos hacían sentir la piel como una servilleta de papel muy fino, nos hacían sentir transparentes, como si, de repente, Dios pudiera mirarnos por dentro.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    La ignorancia que ataba a mi mamá a la enfermedad de ese matrimonio y a mí a la enfermedad de mi matrimonio con el mundo, la ignorancia que ahoga hasta el mareo, el derrumbe de mi madre que yo prolongué en mí, como un animal atrapado en una cueva. Mi mamá con un niño a cuestas que ya comenzaba a decepcionarla, pobre madre: el niño afeminado que no cedió a los cintazos, al castigo, a los gritos y cachetadas que intentaban remediar semejante espanto. El espanto del hijo puto. Y mucho peor: el puto convertido en travesti. Ese espanto, el peor de todos.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    La ignorancia que ataba a mi mamá a la enfermedad de ese matrimonio y a mí a la enfermedad de mi matrimonio con el mundo, la ignorancia que ahoga hasta el mareo, el derrumbe de mi madre que yo prolongué en mí, como un animal atrapado en una cueva. Mi mamá con un niño a cuestas que ya comenzaba a decepcionarla, pobre madre: el niño afeminado que no cedió a los cintazos, al castigo, a los gritos y cachetadas que intentaban remediar semejante espanto. El espanto del hijo puto. Y mucho peor: el puto convertido en travesti. Ese espanto, el peor de todos.
  • Aldair Apodacafez uma citaçãohá 2 anos
    El mundo del deseo no es todo lo luminoso que se cree.
  • Lida Mondragónfez uma citaçãohá 2 anos
    El lenguaje es mío. Es mi derecho, me corresponde una parte de él. Vino a mí, yo no lo busqué, por lo tanto, es mío. Me lo heredó mi madre, lo despilfarró mi padre. Voy a destruirlo, a enfermarlo, a confundirlo, a incomodarlo, voy a despedazarlo y a hacerlo renacer tantas veces como sean necesarias, un renacimiento por cada cosa bien hecha en este mundo.
fb2epub
Arraste e solte seus arquivos (não mais do que 5 por vez)