Giorgio Riello

no basta con el hábito. Es necesario conocer también la etiqueta

La historia de la moda se convierte, por lo tanto, en historia, de los “modos”, de los comportamientos y de las acciones cotidianas, no solo de los que hacen moda o están de moda, sino de todos.

La historia de la moda se convierte, por lo tanto, en historia, de los “modos”, de los comportamientos y de las acciones cotidianas, no solo de los que hacen moda o están de moda, sino de todos.

la moda es un proceso de individualización y socialización.

trajes contribuyen a crear la imagen de superhombre del cortesano, dice Castiglione, ya que el mensaje que deben transmitir no solo se expresa en sus acciones, en su producción literaria o en el combate, sino también a través de la indumentaria.

La forma de vestir del siglo XV se basaba en los conceptos de abundancia o superfluidad.

Para Flügel, ostentación-redundancia y modestia-renuncia son elecciones opuestas, pero representan las fuerzas de la lucha psicológica, instalada en cada uno de nosotros, entre la necesidad de ser únicos, sorprender y aparentar y la de ser casi invisibles, la de desvanecerse entre la muchedumbre.

Esta renuncia a lo mundano, a lo exterior y a lo superficial en favor de cualidades interiores se expresa con una eficacia particular con el uso del color negro. Los siglos XVI y XVII son los años del negro por antonomasia.

cuadro resume visualmente lo que podríamos definir como moda ética: el negro no es (o no solo es) el color de moda, sino también la única forma posible a través de la cual representar exteriormente los principios morales que guían la acción del cortesano.

El negro no es el color de los pobres: en la mentalidad renacentista, es el color que contiene todos los colores y uno de los que más cuesta de producir para obtener sus más hermosas tonalidades.