Iacopo Bruno

El abuelo repetía a menudo que, en el fondo, las cosas fundamentales eran siempre las mismas, desde el inicio de la humanidad; lo que se había transformado radicalmente era el modo de llamarlas

Esperando hasta lo último para que las ideas no se sobrepongan a lo que sucede realmente

Parece que estamos dentro de un sol —dijo Lea

era así. Hombres, animales, plantas, cada ser viviente era eterno, pero siempre igual a sí mismo. No había cambios, ni para mejorar, ni para empeorar. No había evolución. La vida parecía un tablero sin piezas, plana y previsible.
—Debió ser muy tranquilo —interrumpió Lea

—He dicho huellas, pero sería mejor hablar de semillas. Cada uno de nosotros tiene tantas dentro de sí. Tú, por ejemplo, tienes las semillas de la curiosidad, del amor, del respeto, del descubrimiento, del valor..

Son los cambios los que provocan el nacimiento de las emociones, y el sufrimiento es una de ellas, es uno de los sentimientos más poderosos que existen

finitud de las cosas les da un sentido.

caballo por un precipicio, el animal se acercaba, luego detenía la carrera. Los animales obedecían —como era normal— a la prudencia de la naturaleza. Los coches no