Sharon Creech

No sé cómo

encuentra el tiempo

para escribir sus palabras

si tiene que hacer todo eso

y quizá debería conseguirse

¡A mí, a mí, a mí! ¡Escógeme a mí!
Y eso hicimos.
Lo escogimos a él.
Ya en el coche
puso su cabeza
contra mi pecho
y enroscó sus patas
alrededor de mi brazo
como diciendo
Gracias gracias gracias.
Y a los otros perros
en las jaulas
los matan a muerte
si nadie los escoge.

ese desgreñado peludo

sonriente

perro

A veces

cuando intentas

no pensar en algo

se la pasa irrumpiendo

en tu cabeza

no lo puedes evitar

piensas en ello

y

piensas en ello

y

piensas en ello

hasta que tu cerebro

se siente como

un chícharo aplastado.

parece

florecer con palabras

Ama a ese perro,

como un pájaro ama volar

Dije que amo a ese perro

como un pájaro ama volar

Amo llamarlo por la mañana

amo llamarlo

“¡Oye, Sky!”