La gente planta algo, ese algo crece, luego lo cosechan y se lo comen. Yo creía que a lo largo de una vida uno se come la harina de más o menos treinta sacos de trigo —o cincuenta o cien—, y el trigo te alimenta hasta que la tierra te come a ti. La muerte siempre ha significado para mí que la tierra te come. Y pensaba que la tierra era tan oronda por la cantidad de personas y de animales que han muerto ya.