Fernando Vicente

  • Sara Gabrielfez uma citaçãohá 2 anos
    Esta pasión frustrada inspiró su primera novela, Los sufrimientos del joven Werther, obra que causó furor en toda Europa y que constituyó la novela paradigmática del nuevo movimiento que estaba naciendo en Alemania, el Romanticismo.
  • Sara Gabrielfez uma citaçãohá 2 anos
    ¡entonces todos nosotros somos con certeza

    felices, alegres hijos tuyos, oh, naturaleza!
  • Sara Gabrielfez uma citaçãohá 2 anos
    Antes de salir el sol una magnífica arborescencia nebulosa estirándose hacia el cenit, borreguitos diseminados hacia arriba y hacia un lado en forma de troncos y ramas, en forma de copos y en franjas sobre el resto del cielo. Aire suave, hermoso día de sol.
  • Sara Gabrielfez uma citaçãohá 2 anos
    Vivimos en ella, porque somos habitantes de la orilla del mar, y vamos subiendo poco a poco hasta las montañas más altas, donde es difícil vivir; solo con la mente seguimos ascendiendo; como actuantes que somos nos hemos atrevido a contemplar la luna, los planetas satélites y sus lunas, y hasta los astros inmóviles unos frente a otros; y el hombre, que relaciona consigo mismo todo lo que sea necesario, no deja de halagarse con la ilusión de que en realidad el universo, del cual, como es natural, forma parte, ejerce también una influencia especialmente notable sobre él.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãohá 5 dias
    Bueno, en nuestro país —dijo Alicia, aún resoplando—, cuando corres tanto y tan rápido como nosotras… acabas llegando a otro sitio.

    —¡Qué lentitud de país! —dijo la Reina—. En cambio, aquí has de correr tanto como puedas para permanecer donde estás. ¡Y dos veces más rápido si quieres ir a otro sitio!
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãohá 4 dias
    —¿Y de qué les sirve tener nombres —dijo el Mosquito—, si no se dan por aludidos?

    —No les sirve a ellos —dijo Alicia—, sino a la gente que se los pone, supongo. Si no, ¿por qué tienen nombres las cosas?
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãohá 4 dias
    Supongo que no quieres perder tu nombre, ¿verdad?

    —¿Yo? De ningún modo —repuso Alicia, algo inquieta.

    —Y, sin embargo, no sé, no sé… —siguió diciendo el Mosquito como si tal cosa—. Piensa en las ventajas de volver a casa sin el nombre. Por ejemplo, cuando la niñera quiera que vayas a estudiar la lección, dirá «Ven aquí, …», y entonces se callará, porque no podrá llamarte por ningún nombre; y así tú no te verás obligada a acudir, desde luego.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãoontem
    Pues no sé cómo puedes hablar tú de despertarlo —dijo Toledón—, cuando sólo eres una cosa de tantas en su sueño. De sobra sabes que no eres real.

    —¡Claro que lo soy! —dijo Alicia, y rompió a llorar.

    —No te pienses que vas a ser más real por llorar —le dijo Toledín—. No hay por qué llorar.

    —Si no fuese real —dijo Alicia, medio riendo entre lágrimas de lo ridículo que era todo—, no podría ponerme a llorar.

    —No querrás hacernos creer que esas lágrimas son reales —interrumpió Toledón con evidente desprecio.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãohoje
    Pues de haberte apetecido, tampoco te habría dado —dijo la Reina—. La regla es: mermelada ayer y mermelada mañana, pero mermelada hoy, nunca.
  • Benjamin Melgarejo Reicheltfez uma citaçãohá 21 horas
    Es que no se trata de intentarlo —rio Alicia—: nadie puede creer cosas imposibles.

    —Está clarísimo que te falta práctica —dijo la Reina—. Cuando yo tenía tu edad, practicaba media hora al día. Oye, ha habido veces que me he llegado a creer seis cosas imposibles antes del desayuno. ¡Ahí va otra vez el chal!
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