Aki Shimazaki

—La diferencia es simple. La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

—¿Qué significa alcanzar el despertar?

—Según dicen, ahuyentar las preocupaciones y conocer la verdad.

El pensamiento es una prerrogativa del ser humano». No sé de quién había sacado ese tópico, en el que yo sólo veía arrogancia. Le dije: «Los animales también hablan, observan, reflexionan, recuerdan, tienen miedo, se pelean, se esconden… No viven sólo por instinto, y puede que tengan un pensamiento más sabio que el de los hombres

La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar

—La diferencia es simple. La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

No es mi tipo: percibo en ella una fragilidad típicamente femenina que me irrita

—Entonces, ¿cuál es el fin de la filosofía?

—Preguntarse cómo vivir hasta la muerte, por qué hemos nacido en este mundo, sobre todo comprender qué significa el mundo.

—No hay que revelar nada a nadie. Las palabras que salen de la boca dejan de ser secretas.

El rojo de las camelias es tan vivo como el verde de las hojas. Las flores caen al final de la estación, una por una, sin perder su forma: corola, estambres y pistilo permanecen siempre juntos. Mi madre recogía las flores del suelo, todavía frescas, y las arrojaba al estanque. Las flores rojas de corazón amarillo flotaban en el agua unos días.
Una mañana le dijo a mi hijo: «Me gustaría morir como una tsubaki. Tsubaki es el nombre japonés de la camelia».