el problema de contar lo que te sucede a ti mismo es que no tienes absolutamente ninguna distancia para poder exponerlo con suficiente capacidad y potencia poéticas, pues, al ser tú mismo el sujeto de la historia, estás atado de pies y manos. La crueldad, la ironía y la capacidad de manipular y retorcer los hechos según convenga al guión se verán inevitablemente condicionadas