Roxane Gay

¿Qué dice de nuestra cultura el hecho de que el deseo de perder peso esté considerado como una característica predeterminada de la condición de ser mujer?

Pero cuando la gente emplea la palabra obeso, no está siendo meramente literal. Está ofreciendo una acusación. Es extraño, y tal vez triste, que los médicos propusieran esta terminología cuando su labor es, en primer lugar, no perjudicar al paciente.

No soy una persona pequeña. Nunca lo seré. Primero, porque soy alta, lo que al mismo tiempo supone una maldición y una gracia salvadora. Dicen que tengo presencia. Ocupo espacio. Intimido. No quiero ocupar espacio. Quiero pasar desapercibida. Quiero esconderme. Quiero desaparecer hasta obtener el control de mi cuerpo.

Tampoco creo que haya nada de vergonzoso en decir que cuando me violaron me convertí en una víctima, y hasta el día de hoy, a pesar de que también soy muchas otras cosas, sigo siendo una.

quiero compasión, ni reconocimiento ni consejos. No soy valiente ni heroica. No soy fuerte. No soy especial. Soy una mujer que ha experimentado algo que innumerables mujeres han experimentado. Soy una víctima que sobrevivió. Podría haber sido peor, muchísimo peor. Eso es lo que importa y lo que es todavía más absurdo es que haber pasado por esta clase de historia es algo completamente común.

Escribo sobre lo que pasó porque no quiero tener que defenderme. No quiero tener que lidiar con el horror de semejante denuncia. Supongo que esto me convierte en cobarde, asustada, débil, humana.

Quiero proteger a la gente que amo. Quiero protegerme a mí misma. Mi historia es mía, y la mayoría de los días desearía poder enterrar esta historia en algún lugar muy profundo donde pudiera librarme de ella. Sin embargo. Han pasado treinta años e inexplicablemente sigo sin estar libre de ella.

Es decir, sé lo que significa tener hambre sin estar hambrienta. Mi padre cree que el hambre está en la cabeza. Yo sé que no es así. Sé que el hambre está en la cabeza y en el cuerpo y en el corazón y en el alma.

Cuanto más tiempo permanecía a su lado, peor me hacía sentir, y mejor me hacía sentir porque al fin alguien me decía una verdad sobre mí que ya conocía.

Pero cuando la gente emplea la palabra obeso, no está siendo meramente literal. Está ofreciendo una acusación.