de vida lo había llevado de Tamaulipas a Guadalajara y luego a la Ciudad de México, recogiendo la jerga de los barrios populares para transformarla en un dialecto tan irrepetible como genial, el mismo que dio a sus letras un carácter de originalidad incomparable, elocuente en canciones como “Chilanga banda”, popularizada más tarde por Café Tacvba y contenida en ese lujo de álbum que es Odio Fonky, tomas de buró, producido