UN NIÑO es de carne, hueso, pelo enrulado o no y muchas preguntas.
Pero sobre todo tiene una sustancia, un soplo, material, espiritual, químico, físico o yo qué sé que despierta poderosamente la ternura.
Se preocupa mucho por las cosas más pequeñas. Canta y ríe fácilmente. Y no le importa ensuciarse las rodillas.
Mírenlo desde aquí: (con amargura) — Yo fui como él.
Mírenlo desde allí: (con alegría) — ¡Él no será como yo!
¡Defiéndanlo