¿Cuál es, entonces, el papel que Adam Smith reserva al Estado? Como cabría esperar, tales premisas económicas infieren la concepción de un Estado de pequeñas dimensiones, con las menos ramificaciones y frondosidades posibles, cuyas funciones esenciales serían en lo básico: facilitar la producción, hacer reinar el orden público, proteger la propiedad privada y hacer respetar la justicia.