Daniela Armijo

  • Laura Martínez :)fez uma citaçãoano passado
    Pero aquí en Chetumal no se resistía a la adrenalina: la hierba crecida que daba picazón en la piel, el olor a animal podrido, las botellas de cerveza que tronaban con nuestras pisadas, las piedras de diversos tamaños y formas, la caca de perro, calcificada por tanto sol.
  • Laura Martínez :)fez uma citaçãoano passado
    Con sus dedos afilados pellizcaba los restos de masa desperdigados en la mesa húmeda y se los llevaba a la boca, los mascaba con sus dientecillos delanteros y luego le daba besitos a su amante, le picoteaba la papada, y a él todo el vientre le vibraba como el golpe de un gong en un cuarto vacío.
  • Laura Martínez :)fez uma citaçãoano passado
    Se levantó de la mesa para preparar el pozol. Destapó los calderos aún tibios, el metal sudaba por el calor del interior. Enjuagó el maíz y vio desaparecer por la coladera el agua con cal, hundió las manos entre los granos de olor fresco y tomó puñados que acomodó en el moledor, dio la vuelta a la manija y vio a la masa nacer, formarse en serpenteos, cobrar vida antes de unirse con el azúcar y el cacao.
  • Laura Martínez :)fez uma citaçãoano passado
    . U ja’il a wiche bey sibo’ob. Ellas saben lo que tienen que hacer, las lágrimas liberadas conocen el camino. Mira cómo se arrastran hasta meterse a donde pertenecen. Porque tú sabes, muchacha, que los ojos, la nariz y la boca, son los huecos del cuerpo que se usan para llorar.
  • Elena Gonzálezfez uma citaçãoano passado
    lugar estaba lleno y olía a especias. Pintado sobre la puerta, un escarabajo con el caparazón incrustado de joyas bajaba arrastrándose hacia el nombre del lugar: El makech púrpura.
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