Un entorno laboral que nos respalde y esté bien dirigido es beneficioso para la salud. Quienes sienten que tienen más control, quienes se sienten capacitados para tomar decisiones en lugar de esperar la aprobación, padecen menos estrés. Quienes sólo hacen lo que se les dice, obligados siempre a seguir las reglas, son quienes padecen más.