Nos cuesta comprometernos con nosotras mismas, así que le pedimos a alguien externo que se comprometa con nosotras. Nos cuesta querernos y aceptarnos tal y como somos, así que delegamos en el amado o la amada pensando: «Yo estoy llena de inseguridades, pero si viene otra persona a decirme que soy maravillosa, será más fácil que me lo crea