Ser un iluminado, entonces, consiste en retornar a los orígenes, liberarse de los vínculos terrenos y volver a la infinita y silenciosa armonía del mundo. En la religión hindú (y después en las sectas budistas), el vocablo sánscrito «Nirvana» entraña un «enfriamiento», un alejamiento de las pasiones. Las palabras sólo sirven para destruir esa paz interior. Nos adherimos demasiado a ellas y, hablando, diluimos la grandeza y el misterio que hay en la vida. Según numerosas corrientes orientales de pensamiento, la infelicidad terrena se debe a un exceso de pensamiento y de palabras.