En lo alto de una colina rodeada de naturaleza, Marta vive en una acogedora casita roja, su refugio de paz y ternura. En una tarde de otoño, entre tazas de té caliente, galletas caseras y el crujir del fuego en la chimenea, Marta se deja llevar por sus recuerdos y su imaginación. Recorre mentalmente los paisajes que la rodean y se reconecta con la belleza de lo simple: la brisa, las hojas, el cielo estrellado. Una historia suave y reconfortante que celebra la calma, el calor del hogar y la magia de lo cotidiano.