Todas las familias tienen sus secretos y sus dones. La familia de Paloma habla telepáticamente. Fue su mamá quien le enseñó a comunicarse de ese modo el día en que se fue a vivir a otra ciudad para terminar sus estudios. Cuando Paloma siente que le hace falta, usa la telepatía para platicarle todo lo que le pasa, y así la extraña un poquito menos. De esa misma forma convive con su mejor amiga, Monserrat, una bebé que crece en la panza de su madrina, y a quien le cuenta cómo es el mundo de afuera al que está a punto de llegar.