Lou lo hizo, con las manos temblorosas por la emoción y sus ojos fijos en la inscripción en francés que había escrita en cada mitad: Plus que hier, moins que demain.
—¿Sabes lo que dice? —le preguntó él suavemente.
Lou tuvo que tragar saliva para poder hablar.
—«Más que ayer..., pero menos que mañana» —murmuró.