Graham Swift

. Y no es que tenga que decirle nada a nadie. Nada de eso.

Para eso eran, pensaba ella en ocasiones, las bibliotecas: para que los hombres desapareciesen en ellas

Ésa era la gran verdad de la vida: que el hecho y la ficción estaban siempre fundiéndose, intercambiándose

Ésa era la gran verdad de la vida: que el hecho y la ficción estaban siempre fundiéndose, intercambiándose.

En el mejor de los casos parecía que las cosas bendecían las palabras que las nombraban, diferenciándolas, y que las palabras lo bendecían todo.

—Bueno, tienes que entender que las palabras son sólo palabras, sólo pedacitos de aire…

Algunas cosas, algunos lugares adquieren una existencia más real en la mente

Algunas cosas, algunos lugares adquieren una existencia más real en la mente.

somos combustible. Nacemos y nos quemamos;

ino que tuvo que aprender a escribir en una lengua completamente nueva.